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Inútil conferencia en Suiza para la paz entre Rusia y Ucrania

La Conferencia sobre la Paz en Ucrania que se llevó a cabo el 15 y 16 de junio en las afueras de la ciudad de Lucerna, Suiza, marcó el obvio consenso de que "es esencial la búsqueda de una salida negociada" al conflicto. Sin embargo, eso es muy difícil de lograr dejando de lado a uno de los protagonistas de la disputa y, por ende, con la ausencia de importantes actores de la comunidad internacional que no se sumaron a este cónclave.


La presidenta suiza, Viola Amherd, declaró que el evento tuvo un "buen resultado", ya que "por primera vez se habló al más alto nivel de paz en Ucrania". Sin embargo, reconoció que la cuestión crucial de "cómo y cuándo implicar a Rusia" sigue sin resolverse.


Durante dos días, cerca de un centenar de delegaciones participaron en intensas discusiones. El documento final, firmado por 82 representantes, subraya la integridad territorial de Ucrania, pero omite mencionar la "agresión rusa", reflejando las tensiones y limitaciones del encuentro.


Los costos del evento, entre 10 y 15 millones de francos suizos, contrastan con los magros resultados obtenidos.


La conferencia tenía la intención de proporcionar una plataforma para el diálogo y definir una hoja de ruta consensuada para integrar a ambas partes en un proceso de paz futuro. No obstante, la agenda se limitó a un menor número de temas en un intento por asegurar un apoyo más amplio, abordando asuntos como el intercambio de prisioneros, la seguridad nuclear y la seguridad alimentaria.


El mayor obstáculo para la efectividad de la conferencia fue la ausencia de Rusia y otros actores geopolíticos clave. Las autoridades suizas informaron a Moscú sobre la iniciativa, pero la negativa de Rusia a participar y el riesgo de que su presencia provocara la ausencia de Kiev, llevaron a priorizar una convocatoria sin Rusia. Esto, a su vez, disuadió a otros importantes actores mundiales de participar y firmar el documento final.


A pesar de los esfuerzos por continuar este proceso en futuros cónclaves internacionales, la ausencia de consenso y la falta de participación de los implicados directos en el conflicto subrayan la ineficacia de la conferencia. Los dos países que protagonizan el conflicto mantienen posiciones irreconciliables, con Ucrania exigiendo el respeto a sus fronteras previas a febrero de 2022 y Rusia dispuesta a firmar la paz solo bajo el nuevo mapa resultante de la guerra.

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