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Lo que dejó la primera vuelta en Francia

Las recientes elecciones legislativas anticipadas en Francia han reconfigurado el panorama político del país, destacando un notorio avance del partido Reagrupamiento Nacional (RN) de extrema derecha, que obtuvo casi un 34 por ciento de los votos y cuya principal referente es Marine Le Pen. Le siguió con un 28.5 por ciento el Nuevo Frente Popular (NFP), una coalición de izquierdas encabezada por el partido Francia Insumisa, de Jean-Luc Mélenchon, mientras que el partido Renacimiento, del presidente Emmanuel Macron, se ubicó tercero, alcanzando el 21 por ciento. El cuarto lugar fue para los Republicanos, una centroderecha conservadora más tradicional, con un 10 por ciento, y el resto de los votos se distribuyó entre diversas formaciones menores.


De acuerdo al sistema electoral francés, en la primera vuelta de este tipo de elecciones legislativas se designan como diputados a aquellos candidatos que superan la mitad de los sufragios. Quienes no alcancen ese porcentaje, dirimirán el puesto en una segunda vuelta, que será e próximo domingo 7 de julio. Es común que en esta instancia los espacios políticos lleguen a acuerdos y algunas candidaturas sin reales chances de vencer se bajen. En este sentido, la extrema derecha enfrenta dificultades para recibir apoyo de otras fuerzas, a diferencia del NFP y Renacimiento, que podrían formar alianzas estratégicas para frenar al espacio de Le Pen.


Los resultados preliminares colocan al partido de Marine Le Pen al borde de una victoria significativa. Las proyecciones sugieren que RN podría obtener entre 230 y 280 bancas, acercándose peligrosamente a la mayoría absoluta, con algunas estimaciones optimistas que le otorgan hasta 310 bancas.


La figura emergente en RN es Jordan Bardella, candidato a premier de solo 28 años. Si finalmente logra acceder al cargo podría poner a Macron en una situación crítica y forzarlo a convocar elecciones presidenciales anticipadas, actualmente previstas para 2027.


El NFP ha llamado a votar en contra de la extrema derecha y a frenar el avance lepenista, buscando un frente común con el partido de Macron, que sin embargo se muestra dividido sobre si retirar o no a sus candidatos que quedaron en tercer lugar.


La "cohabitación", la coexistencia de un presidente con un premier opositor, parece inevitable en este contexto político. Esta dinámica compleja podría influir significativamente en la gobernabilidad y las políticas futuras de Francia.


La segunda vuelta de estas elecciones será crucial para determinar el futuro inmediato de Francia y el equilibrio de poder en el parlamento.

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