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Decenas de miles de personas se congregaron en Belgrado, capital de Serbia, para manifestarse en contra de un controvertido proyecto de extracción de litio en el oeste del país, promovido por la multinacional Río Tinto con el apoyo del gobierno serbio. La movilización masiva reflejó la creciente preocupación por los posibles impactos ambientales que la explotación minera podría tener en una región predominantemente agrícola.
Los manifestantes, que bloquearon una autopista en Belgrado y ocuparon las vías de la principal estación ferroviaria de la capital, exigieron la implementación de una ley que prohíba de manera definitiva la exploración y explotación de litio y boro en todo el territorio serbio, subrayando la necesidad de proteger los recursos naturales y las comunidades locales.
Las protestas, organizadas por grupos ecologistas y apoyadas por la oposición, son el punto culminante de una serie de manifestaciones que se han llevado a cabo en más de 40 ciudades del país en las últimas semanas, tras la reactivación del proyecto minero. En enero de 2022, el gobierno había suspendido temporalmente los planes debido a la presión popular, pero el proyecto fue retomado en junio de 2024, después de que el Tribunal Constitucional dictaminara que la suspensión no se ajustaba a la ley.
La extracción de litio en la región de Jadar, cerca de la ciudad de Loznica, se enmarca dentro de un acuerdo estratégico entre Serbia y la Unión Europea, firmado el 19 de julio, para asegurar el suministro de materias primas clave. Río Tinto, con sede en Reino Unido y Australia, lleva realizando trabajos de prospección en el yacimiento desde 2004, con la intención de extraer unas 58 mil toneladas de litio al año, lo que representaría el 17 por ciento de la demanda europea.
Este proyecto ha generado un fuerte rechazo social, con un reciente sondeo de opinión indicando que el 52 por ciento de los serbios se oponen a la mina, incluso con garantías ecológicas por parte de la Unión Europea y Alemania. Quienes se oponen temen que la explotación minera ponga en peligro los recursos locales de agua y tierra, afectando negativamente la salud y los medios de vida de las comunidades en la región.
Las movilizaciones en Serbia destacan la tensión entre el desarrollo económico y la preservación del medio ambiente, un tema que ha cobrado relevancia global en el contexto de la transición hacia energías más limpias, que dependen en gran medida de minerales como el litio.