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Foto del escritorAlex Hadjian

¿Se puede regular la inteligencia artificial? Es lo que intentará hacer Europa


(Foto: iStock)


En pleno auge y expansión de los sistemas de inteligencia artificial (IA), hoy en boca de todo el mundo, y a pocas semanas de que cientos de científicos e investigadores de primera línea advirtieran sobre sus serios riesgos, Europa quiere tomar la iniciativa en el intento de regularla. El Parlamento Europeo, órgano legislativo de la Unión Europea (UE), aprobó por amplia mayoría tras intensos debates la llamada "Ley de Inteligencia Artificial", que ahora deberá ser refrendada por el Consejo Europeo y la Comisión Europea, brazo ejecutivo de la UE, para entrar en vigor.


Según se lee en el proyecto, la norma pretende "promover la adopción de una inteligencia artificial fiable y centrada en el ser humano y garantizar un elevado nivel de protección de la salud, la seguridad, los derechos fundamentales, la democracia y el Estado de derecho, así como del medio ambiente, frente a sus efectos nocivos". En los hechos, se podría prohibir por completo el empleo de aplicaciones o plataformas de IA que se considere que conlleven un “alto riesgo” para tales factores. Será aplicada a todos los desarrolladores que implementen sistemas de IA en la UE, se encuentren los programadores en el bloque europeo o no. La ley también establece requisitos de transparencia para las aplicaciones de IA, y sancionaría con multas millonarias a quienes la infrinjan.


Estas son algunas de las reglamentaciones que implicaría la norma:


- Prohibición de la puntuación social: Las agencias públicas no podrán utilizar datos sobre el comportamiento social de las personas para realizar generalizaciones y perfiles, especialmente en ámbitos como la concesión de hipotecas, fijación de tarifas de seguros, contratación y publicidad.


- Restricciones para la IA generativa: Implementar formas de regular la IA generativa y prohibir el uso de cualquier material con derechos de autor en el conjunto de entrenamiento de grandes modelos de lenguaje como GPT-4, de OpenAI, que ya ha estado bajo la lupa por preocupaciones sobre la privacidad de los datos y los derechos de autor. También se propone que el contenido generado por IA sea etiquetado como tal. Por ejemplo, sistemas como ChatGPT tendrían que revelar que sus contenidos son generados por IA, distinguir las imágenes falsas de las reales y proporcionar resguardos contra la generación de contenidos ilegales.


- Regulaciones a los algoritmos de recomendación en redes sociales. El borrador asigna a los sistemas de recomendación un "alto riesgo”, es decir que estarán sujetos a un escrutinio mucho mayor sobre cómo funcionan, y las empresas de tecnología podrían ser más responsables por el impacto del contenido producido por usuarios.


Para tener en cuenta la seria preocupación que está generando la explosión en apariencia sin límites de la IA, las propias compañías más importantes que trabajan en su desarrollo, como Microsoft, Google y Open AI, celebraron los avances de la ley, pero dijeron que esperaban "más ajustes". "Creemos que la IA requiere protecciones legislativas, esfuerzos de alineación a nivel internacional y acciones voluntarias significativas por parte de las empresas que las desarrollan y las despliegan", señaló un portavoz de Microsoft en un comunicado.


Entonces, partiendo de la base de los propios capitalistas que lucran con estos inventos, la IA está siendo eje de preocupación y debate en todos los ámbitos; académico, artístico, cultural, docente, y en todos los órdenes de la vida. ¿El fin de la escritura, de la creatividad, del esfuerzo mental? Estos interrogantes ya se están planteando de manera seria desde los más altos círculos académicos, científicos y políticos, y parece difícil de ser regulado desde órganos parlamentarios.


Nos encontramos frente a un panorama incierto, con la confusión y el estado de shock que todo gran quiebre de paradigma social al principio genera. Estamos como los obreros que rompían máquinas en los albores de la revolución industrial para defender sus puestos de trabajo. No necesariamente el desarrollo de la IA culminará con un panorama distópico como en la película “Yo, robot”, seguramente no será así, pero una cosa es clara: desde el 30 de noviembre de 2022, cuando OpenAI lanzó ChatGPT, y el boom que sobrevino luego y que lejos está de detenerse, el mundo ya no es, ni volverá a ser, el mismo.

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